La pandemia del COVID-19 es una crisis existencial que amenaza la salud y sustento de nuestras comunidades, especialmente grupos vulnerables como lo es la comunidad inmigrante indocumentada, los ancianos, los discapacitados y los inmunocomprometidos, así como los detenidos y encarcelados. El virus ha expuesto la precariedad financiera de miles que viven en Huron Valley, muchos de los cuales viven de cheque en cheque y estan a un paso en falso del desastre económico.
Mientras el virus se esparce, un sistema de salud inadecuado, la falta de incapacidad laboral por enfermedad, la inseguridad e inestabilidad laboral, y los alquileres impagables se suman a las dificultades diarias. Debemos actuar ahora para contener el virus, proveer cuidados para aquellos que lo necesiten, y apoyar a aquellos afectados por la crisis a corto y largo plazo.
Hacemos un llamado al Estado de Michigan, gobiernos locales del Huron Valley, y empleadores como la Universidad de Michigan a juntar y hacer uso de todos sus recursos con el fin de mitigar los efectos sociales y financieros ocasionados por el COVID-19. Esto incluye cobrar impuesto al 1% más adinerado, y también usar el dote del fondo de $12 mil millones de la Universidad de Michigan para aliviar las necesidades de la comunidad.